Esa mirada.

domingo, 17 de julio de 2011

Sueños.

Soñar. Que verbo tan maravilloso, ¿no creéis? Nos encanta por el simple hecho de que nos adentramos en un mundo donde lo que deseamos, se cumple.
Pero mi pregunta de hoy es ¿cual es tu sueño? ¿qué cosa te daría más alegría tener o ser capaz de hacer? Venga, no me digas que no hay nada, porque es mentira. Bien, ¿lo tienes ya en mente? Pues ahora quédate con esto:


Si quieres, puedes hacerlo realidad.

Ahora me dirás algo como "no, todo no se puede hacer realidad". Ya lo sé, yo me refiero a los sueños que tenemos como metas en nuestras vidas. No te digo que si deseas un unicornio podrás hacerlo realidad. Tenemos que separar la ficción con la realidad. 

Mi opinión es que nunca, jamás, debes tirar la toalla. Debes perseguir tus ilusiones, crear tus propios sueños y desear; maldita sea ¡es gratis!
Desea amar, desea progresar, desea ser mejor y te puedo asegurar que si lo deseas puedes conseguirlo.

Nada, repito, nada te será imposible
si eres capaz de desearlo.

Huellas en la playa.

¿Recordáis cuando éramos pequeños, esos soleados días de playa en verano?
Yo sí, recuerdo como con, a penas cinco o seis años, iba con mi tía a andar por la orilla, jugando a que las olas nos perseguía, al igual que recuerdo mi aguda e infantil risa. 
Lo que también recuerdo es que, a medida que caminábamos, me llamaban la atención las huellas que las personas dejaban a su paso en la arena. Decidme ¿quién no se ha dedicado alguna vez a andar por la playa pisando las huellas que otra persona ha dejado?


Era algo que realmente me encantaba.

Pero eso me recuerda también a nuestra forma de actuar; ¿quién no ha querido seguir la forma de ser o de pensar de una persona? Todos lo hemos hecho, pero cuando echas la mirada hacia atrás en tu camino... ¿Lo ves? Nada, no hay nada que haya cambiado en la arena, excepto las huellas borradas por el agua salada impulsada en las olas. Nadie sabría que hemos pasado por allí ya que nos hemos dedicado a pisar las huellas de otra persona.

Yo no soy capaz de eso, me encanta marcar mi paso por allá donde voy y por eso hoy os animo a probar el caminar marcando vuestras propias huellas, que aunque sean borradas por las olas, hayan estado allí.
No nos dediquemos a pasar desapercibidos en esta vida, anímate, sal a bailar, márcate un vals tú sola PERO HAZLO.

Ríe, llora, emocionante, salta, besa, canta, baila, pero ante todo, vive.
Vive de la manera más rompedora y alocada que puedas, 
porque te toca, ahora es cuando te toca vivir
y no puedes desaprovechar la oportunidad.

Yo ya marco mis propias huellas junto a la persona que más me importa ¿y tú?