Esa mirada.

jueves, 21 de junio de 2012

Sinceramente, ésto no necesita ni título ni presentación.


Hombres, ese tema tan complicado. A veces incluso creo que sería más fácil abordar un tema relacionado con física cuántica -aún siendo una chica de letras, como yo- que hablar de ese mundo tan simple y complejo llamado masculinidad. 
Aun así cada día mi teoría  sobre ellos está más infundada: Todos los hombres son como una droga, a veces te suben a las nubes y lo ves todo de rosa y, otras, te deprimen, te  dejan caer, hundiéndote en la más profunda tristeza y encima sin paracaídas. Y las grandes caídas que experimentamos las mujeres se basan, la gran mayoría, en una cosa: Las mentiras. 

Aunque considero que si los hombres engañan es por la misma razón que los perros se lamen: ¡Porque pueden! Pero hay algo que me sorprende e inquieta; ellos pueden vivir años aguantando una mentira dicha -e incluso llegar a olvidarla- mientras que las mujeres en general nos comemos por dentro, ¿será tal vez por nuestro instinto de cotilleo que nos hace contar todo lo que sabemos?. Lo que sé es que aquel que dijo "ojos que no ven, corazón que no siente", era gilipollas. 

Nosotras sufrimos, sufrimos y sufrimos por esos tontos descerebrados.Y cuando piensas, te das cuenta: la vida no está para ser infeliz y pasartela amargada por un idiota. La vida es caer y levantarse, volver a caer y volver a levantarse, pero a fin de cuentas, levantarse y continuar con una despampanante e imborrable sonrisa. Es ese sentimiento de alegría los viernes y saber que te tienes que joder los lunes, pero no dejes de ser feliz. 

Nunca.




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