Hombres,
ese tema tan complicado. A veces incluso creo que sería más fácil
abordar un tema relacionado con física cuántica -aún siendo una
chica de letras, como yo- que hablar de ese mundo tan simple y
complejo llamado masculinidad.
Aun
así cada día mi teoría sobre ellos está más infundada:
Todos los hombres son como una droga, a veces te suben a las nubes y
lo ves todo de rosa y, otras, te deprimen, te dejan caer,
hundiéndote en la más profunda tristeza y encima sin paracaídas. Y
las grandes caídas que experimentamos las mujeres se basan, la gran
mayoría, en una cosa: Las mentiras.
Aunque
considero que si los hombres engañan es por la misma razón que los
perros se lamen: ¡Porque pueden! Pero hay algo que me sorprende e inquieta; ellos pueden vivir años aguantando una mentira dicha -e incluso llegar a olvidarla- mientras que las
mujeres en general nos comemos por dentro, ¿será tal vez por
nuestro instinto de cotilleo que nos hace contar todo lo que
sabemos?. Lo que sé es que aquel que dijo "ojos que no ven,
corazón que no siente", era gilipollas.
Nosotras
sufrimos, sufrimos y sufrimos por esos tontos descerebrados.Y cuando
piensas, te das cuenta: la vida no está para ser infeliz y pasartela amargada por un idiota. La vida es caer y levantarse, volver
a caer y volver a levantarse, pero a fin de cuentas, levantarse y
continuar con una despampanante e imborrable sonrisa. Es ese
sentimiento de alegría los viernes y saber que te tienes que joder
los lunes, pero no dejes de ser feliz.
Nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario