Esa mirada.

domingo, 5 de febrero de 2012

Sé que tengo un corazón inestable, y mucha amargura.

Pero no por eso soy menos hermosa, ni menos divertida, ni menos atontada de lo que soy. Me gusta fumar, ver películas de miedo y, por encima de todo, amar. 


¿Parece una carta de presentación? Ni mucho menos. 
Yo no la necesito.

Sé que podría gritar libertad, salir de fiesta y hacer muchas cosas de las que, como soy, sé que luego no me arrepentiría (o tal vez sí). Soy mucho más complicada que eso. Me gusta quedarme en mi casa, acurrucada con la estufa puesta, mientras como palomitas, acompañada de mi perra  (hummm y alguien más). 
No me gusta hablar de ropa, de chicos o de cotilleos absurdos (todo el tiempo). Me gusta hablar de tonterías y cosas sin sentido, como ese capítulo de American Horror Story que vi el día anterior o sobre cuanto tarda en enfriarse el café dependiendo de dónde coloquemos la cuchara. Me gusta ir en zapatillas por casa o por el jardín, ¡o por dónde sea! Me gusta, también, colocarme una pinza rosa cerca de la parte alta de la cabeza para recogerme el cabello.
Lloro, hago guarrerías (no de esas que estáis pensando), río y escucho Kiss fm
Sé cuándo hay que mantener la compostura y cuándo da igual, pero puedo ponerme a bailar en medio de un bar abarrotado o cruzarle la cara a un tío que se me insinúe. 
Soy una ¿marronera? Báh, me la suda. Si me gusta el leopardo y que me llamen Snooki es asunto mío. ¿Estamos?


Y con ésto lo digo todo y no digo nada.


#Para quien dijo que llevaba mucho 
sin escribir en mi blog.

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