Amarse a si mismo, no es cosa de tontos.

Hay días cómo hoy, en los que me gusta echar una ojeada al pasado, y ver que cosas han evolucionado. 

Yo antes no reía, no soñaba, no respiraba por amor a la vida, sino por pura supervivencia. Me odiaba, odiaba mi vida y odiaba todo a mi alrededor.

Era una chica triste, una chica azul, que no se sentía querida y que todo lo hacía mal. Pero un día, alguien me habló del amor. No, no de ese "amor" que creemos que durará toda la vida, sino ese amor que debes tener siempre presente. El mío.

Me enseñaron a apreciarme, quererme e incluso amarme por lo que era. Me enseñaron, a no mirar tanto mis defectos y centrarme más en mis virtudes. Espera, eso no significa que deje de lado mis defectos y no intente mejorarlos, TODO lo contrario. Trato de convertir esos defectos en virtudes para cada vez sentirme más asombrada de mi misma. ¿Egocentrismo? Oh sí, el que todos deberíamos tener, aunque hay que saber donde están los límites del amor propio para no acabar cuan princesita de cuento, mimada e inútil que sólo sabe mirarse a un espejo y suspirar esperando a que su jodido príncipe venga a rescatarla de las garras de un dragón. Hay que saber matizar. Si yo fuera una princesa a la cual han encerrado a una torre custodiada por un dragón, no me voy a sentar esperando a que mi supuesto "príncipe" venga a rescatarme mientras me regodeo de mi hermosura en un espejo. Yo rompo el espejo, cojo una de las esquirlas rotas y salto por la ventana a matar el puto dragón que no me deja ser feliz y cuando venga el príncipe que no se espere a que le de un besito en la mejilla, le comeré la boca si es necesario. 

Por eso chicas, no penséis que sois las culpables de todo lo que sucede, no os centréis vuestros defectos para hundiros en vuestra miseria.  Sino todo lo contrario, por el hecho de amar, de sentir, de mirar por un futuro... Eso ya es suficiente para decirte que sois MARAVILLOSAS. Sólo debéis dejar de amargaros, de vivir y saborear cada segundo de vuestra vida y aprovechar todo lo que podáis con quien queráis.

Nunca, nunca, nunca y repito, NUNCA dejéis de quereros, porque si uno no se quiere a si mismo... Apaga y vámonos.