Esa mirada.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Y pensar que sólo ha pasado un día.


Hoy, al despertar, sentí que algo faltaba, algo faltaba a mi lado. Faltabas tú durmiendo a mi lado, abrazándome como sueles hacer, de esa forma tan dulce.
Eché de menos tu sonrisa al verme despierta, al igual que echo de menos esas cosas que murmurabas que tantos estremecimientos producen en mi espalda de solo recordarlo. Ahora sigo echando de menos que te cueles en mi cama mientras duermo; perdón, no duermo.
No puedes pedirme que duerma tras dar mil vueltas en la cama, porque ahora, a diferencia de antes, no sé cuando vas a venir a dormir conmigo y me da miedo de quedarme dormida, porque no quiero despertar otro día sin tus besos ni tu hermosa mirada clavada en mi rostro mientras duermo.
Eché, echo y echaré de menos hasta que vuelvas, cada una de esas cosas que nadie más sabe y que en silencio esperan, entre mis sábanas, a que vuelvas a recordármelas; caricia a caricia, beso a beso.
Y ante todo echo de menos que me susurres que me quieres y todo eso que me necesitas; ni la mitad de lo que yo a ti.

Sólo prométeme otro dos de abril.

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