Esa mirada.

jueves, 5 de mayo de 2011

Hay días...

Hay días en los que odias seguir viviendo. 
Hay días en los que ocurren sucesos insospechados.
Hay días... Como hoy.
¿Me explica alguien cómo es posible que se pueda ser tan jodidamente adorable y tan sumamente estúpido? Porque lo eres.

Hay días en los que me enamoro. Perdón, HABÍA días en los que me enamoraba.

Ya que si nadie es capaz de amar como yo lo hago ¿qué sentido tiene hacerlo? No soy de nadie, soy un alma libre, pero un alma que necesita cariño. Aunque la necesidad de ser querida es algo que me viene desde siempre, una pequeña manía, por así decirlo. Algo que ni mil teorías filosóficas llegarían a comprender, sólo yo.
Mi problema es que no sé elegir bien, soy arisca, cerrada, egoísta y, ante todo, egocéntrica; aunque esta egocéntrica bien sabe darlo todo. Lo que hay que saber, es donde hay que dar en mi, porque conseguirme, a mi auténtico yo, es algo muy trabajoso y que nadie ha sido capaz de conseguir. Soy demasiado complicada para los hombres de hoy en día. Siempre tan irrespetuosos y con esa mentalidad que no anda precisamente en la cabeza, sino más abajo. El que de verdad me merece es aquel al que no le importa mi forma de ser, mi cabezonería y mi poca paciencia. Debe de ser alguien que me quiera. Y es que yo no soy yo hasta que realmente no se me conoce, obviamente. Suelo ser feliz para otros, pero ya no.

Había días en los que era feliz por alguien. Hoy seré feliz por mi misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario