Esa mirada.

jueves, 2 de junio de 2011

Salvaje.

Salvaje; tanto como un animal. Depredadora por naturaleza, discreta y escurridiza como una serpiente, cuyo serpenteo, suave, delicado, recuerda en cierto modo al contoneo de mis caderas.
Tan voraz y nocturna como una loba, capaz de romperte el cuello en una fracción de segundo, siendo capaz de hacerte sentir el más violento de los estremecimientos con uno de mis aullidos agudos.
Tenaz y elegante como la pantera, tan agresiva como la leona pero con un toque más de sutileza, que la hace tan irresistible como hermosa.

Aun así, sea serpiente, loba o pantera ¿qué más da el nombre del animal? Se sobreentiende mi agresividad y mi capacidad de irrumpir en un lugar pisando fuerte, dejando a cada uno en su lugar con una simple mirada, un gesto, e incluso, un guiño, por qué no. 
Capaz de proporcionarte la mejor noche de tu vida o la más sangrienta de las muertes.


Pero aun así, nadie niega que mi sonrisa y mi dulce mirada, me hacen adorable.

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